Mi afición por el acuarismo comenzó hace
muchos años, cuando estaba en la escuela. Nos mandaron a comprar una planta
acuática para hacer un experimento de biología; recuerdo que fui con mi abuela
a una tienda de mascotas que quedaba cerca de la casa. En ese momento no le
puse atención a los peces que tenían en venta, solo compramos la planta y nos
fuimos.
En la clase de biología solamente utilizamos unas cuantas hojas para el
experimento, y me llevé la planta a la casa. A los pocos días noté que había un
pequeño caracol en el frasco, en ese momento no sabía qué tipo de caracol era y
asumí que había llegado con la planta. Fue mi primera mascota acuática, medía menos de un
centímetro y decidí llamarlo “Elodeo” en honor a la planta Elodea Densa, que
era la planta que había comprado para el experimento.
Se trataba de un caracol
"planorbis", eso lo supe muchos años después, pero desde ese momento
comenzó a interesarme la idea de tener mascotas acuáticas. Casi todo el mundo
comienza con un pez dorado en una pecera redonda, yo no, yo comencé con un
planorbis, y lo gracioso es que conozco muchos acuaristas que consideran a
éstos caracoles una “plaga” ya que se reproducen con facilidad ya que son
hermafroditas y con dos de ellos puede crearse una colonia. Mi primer planorbis
no se reprodujo ya que era uno solo. Vivió en el frasco de vidrio por varios
meses hasta que un día encontré la conchita vacía.
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